A lo largo de las últimas décadas, numerosos estudios realizados por prestigiosas universidades, sociólogos y pedagogos de todo el mundo, han puesto de manifiesto, de manera inequívoca, que el aprendizaje del Ajedrez en edades tempranas del niño contribuye de forma patente al aumento del rendimiento escolar. El Ajedrez hace a los niños más eficaces y potencia áreas cognitivas clave en su desarrollo intelectual.
Ninguna de las habilidades que a continuación relacionamos son únicamente específicas del Ajedrez, pero todas ellas son favorecidas de forma notable por el juego. La belleza de enseñar el Ajedrez como una herramienta de desarrollo educativo y personal es que ayuda a modelar el carácter del niño y estimula su mente, desarrollando y potenciando sus habilidades innatas, en tanto que como juego le divierte, lo que dado su carácter transversal con las asignaturas troncales, contribuye eficazmente a alejar el fracaso escolar. Como resultado, los niños se convertirán en pensadores más críticos, solucionarán de forma más rápida y eficaz problemas complejos y tomarán mejores decisiones.